Es una maravilla en una botellita de 280 ml que está dejando mi piel más feliz que nunca.
Primero, hablemos de la onda ecológica de este gel. Todo es orgánico y sostenible, lo cual me hace sentir bien conmigo mismo y el planeta. La macadamia bio es como la estrella del show, dando un toque chévere a toda la mezcla.
La fórmula de hidratación es como un abrazo para la piel. No sé qué magia tiene, pero mi piel está suave como un durazno después de usarlo. Si sufres de piel seca o sensible, este gel es como el superhéroe de la hidratación, sin ese efecto pegajoso.
El aroma es lo más. No es demasiado fuerte, pero deja un olorcito rico de macadamia que se queda contigo después de la ducha. Es como un mini spa en casa, ¿quién no quiere eso?
El envase es práctico y eco-friendly. No ocupa mucho espacio en la ducha, y el hecho de que sea amigable con el planeta me parece genial. Además, el tamaño de 280 ml es perfecto; ni muy grande ni muy chico.
Lo mejor es que funciona para todos los tipos de piel. Si eres como yo y tienes una piel que es un misterio, este gel es la solución. No irrita ni nada, solo te deja oliendo y sintiéndote bien.
